El trabajo por rincones supone mucho más que una simple organización del aula. Trabajar por rincones implica una metodología que responde a la exigencia de integrar las actividades de aprendizaje a las necesidades básicas del niño/a.
Para llevar a cabo este planteamiento es necesario cambiar la mentalidad y romper con la organización tradicional del aula y del alumnado. Se trata de crear pequeños grupos de trabajo que realicen actividades diferentes simultáneamente.
El planteamiento del trabajo por rincones responde a la necesidad de establecer estrategias organizativas a fin de responder a las diferencias, intereses y ritmos de aprendizaje de cada niño o niña.
También favorece la autonomía del niño/ a, le ayuda a ser más responsable, con el material y en el trabajo, y le exige y crea la necesidad de un orden. El niño o niña aprende a organizarse, a planificar su trabajo, a saber qué quiere aprender y qué camino puede utilizar para conseguirlo.
Facilita el seguimiento individual y constante, por parte del maestro/ a, de los progresos y dificultades del niño/ a y la observación de las estrategias que emplea para alcanzar los objetivos propuestos.
Los rincones permiten una cierta flexibilidad en el trabajo, abren paso a la creatividad y a la imaginación del niño/ a y, lo que es más, le dejan espacio y tiempo para pensar y reflexionar, porque “aprender sin reflexionar es malgastar la energía”.
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